Las semifinales de las segundas oportunidades
Rusia 2018 encara sus últimos partidos con protagonismo para cuatro selecciones que en este Mundial han encontrado una inmejorable redención después de los errores cosechados en anteriores campeonatos.
Todo queda en manos de Europa. Francia, Bélgica, Inglaterra y Croacia jugarán las semifinales de un Mundial repleto de sorpresas hasta los mismos cuartos de final, donde la eliminación de Brasil, la que hasta el momento parecía la máxima favorita, sobresaltó al planeta futbolístico tras un espectacular partido ante el combinado belga.
De entre todos los semifinalistas, Francia era el conjunto más esperado en estas rondas. No obstante, el rendimiento del conjunto de Deschamps siempre había ofrecido dudas, pues pese a reunir una gran colección de talentos, perfecto compendio de físico y técnico, presentada como favorita en la previa de los campeonatos, lo cierto es que el desenlace siempre fue acompañado de grandes decepciones.
Tras caer en cuartos en Brasil, y perder la final de la pasada Eurocopa como anfitriones, el técnico francés ha conseguido armar un bloque total, capaz de esperar al rival en su propio campo, dominar la posesión en momentos puntuales y jugar directo si es necesario. Francia es el rival a batir de unas semifinales, donde planean olvidar los fracasos anteriores. La madurez de Pogba y Griezmann, la solidez de Kanté y el bloque defensivo, más la irrupción de Mbappe, y el sinfín de recursos ofensivos dispuestos en el banquillo, son un aval muy poderoso para volver a hacer historia.
Sin embargo, para llegar a la gran final tendrán que hacer frente a la gran sensación del campeonato. Y es que después de eliminar a Brasil, nadie podrá decir que el triunfo de Bélgica pueda ser una gran sorpresa. Tras ser un clásico de los Mundiales entre 1982 y 2002, los ‘Diablos Rojos’ desaparecieron de las grandes citas hasta que en 2014 regresaron con una generación espectacular que recogía la multiculturalidad de un país dividido, en el cual la selección puede erigirse como el mejor símbolo de unidad.
Desde entonces es la gran aspirante a entrar en las últimas rondas, pero Argentina en 2014 y Gales en 2016 rompieron los sueños de un conjunto que Marc Wilmots no fue capaz de optimizar como sí ha hecho ahora Roberto Martínez. Con un 3-5-2 reconvertido ante Brasil en un 3-4-3, con la inclusión de Fellaini y Chadli, el técnico español ha conseguido sacarle el máximo partido al talento de Hazard y De Bruyne y convertir a Lukaku en el delantero total, al tiempo que, ante la ausencia de laterales de calidad, la conjunción en línea de 3 de Kompany, Alderweireld y Vertonghen es la perfecta protección. El resultado es un extrarodinario y vertiginoso fútbol que enseñó su obra total ante Brasil y espera su reedición ante Francia.
Inglatera y Croacia auguran un duelo muy competitivo
Por su parte, la otra semifinal también enfrenta a dos equipos que por fin han encontrado el éxito que tanto anhelaron durante años anteriores. De hecho, en el caso de Inglaterra, las expectativas nunca fueron tan bajas como en Rusia 2018. Tras caer en la primera fase de 2014 y ser eliminados por Islandia en octavos de la Eurocopa de 2016, los ‘Three Lions’ encaraban un nuevo proyecto de la mano de Sam Allardyce que se truncaría poco más de dos meses después, cuando un escándalo de comisiones ilegales en el que el técnico estaba implicado salió a la luz.
La dimisión del ex de West Ham y Newcastle, entre otros, supuso la llegada de Gareth Southgate, anterior responsable de la sub-21 y gran conocedor de los réditos del proyecto Saint George´s Park, la Ciudad Deportiva que la federación inglesa inauguró en 2012 con el objetivo de aglutinar todo el trabajo de las categorías inferiores y unificar criterios. El resultado por el momento no puede ser más prolífico. En los últimos cinco años Inglaterra ha sido campeona del mundo sub-20, sub-17 y de Europa en categoría sub-19. Paralelamente, queda la sensación de que el paradigma de jugador inglés ha cambiado definitivamente hacia un modelo más técnico y desequilibrante.
La llegada a semifinales, ronda que no alcanzaba desde 1990, confirma el buen trabajo de la federación. Los Harry Kane, Dele Alli, Lingard, Henderson, Trippier y Maguire han conseguido lo que generaciones con más estrellas como las de Lampard, Gerrard y Rooney no pudieron lograr.
En ello tiene mucho que ver el gran trabajo de Gareth Southgate, quien ha ha armado un bloque muy competitivo, que minimiza riesgos y lo entrega todo a la pegada de Kane y el balón parado. La calidad de sus interiores, Lingard y Dele Allí deja entrever una mayor progresión que está por ver si llega en este Mundial. Capaz de dominar el partido, subiendo y bajando el ritmo del partido a su antojo, esta Inglaterra es peligrosa en todo tipo de duelos.
Enfrente tendrán a una Croacia que por fin ha convertido en resultados todo el potencial que se le presuponía desde hace una década. Y es que desde que en Francia’98 conquistarán el tercer puesto de la mano de los Suker, Boban, Prosinecki y Jarni nunca han conseguido superar la primera fase de los Mundiales e incluso no participaron en Sudáfrica 2010.
Tampoco corrieron mejor suerte en las Eurocopas, donde el techo siempre fueron los cuartos de final, pese a desempeñar el papel de animador en muchos de estos torneos. Sin ir más lejos, Croacia fue uno de los equipos más atractivos de Francia 2016, donde superó a España en fase de grupos para caer con Portugal tras 120 minutos en los que la superioridad balcánica quedó patente.
A tenor de los hechos, Zlatko Dalic, seleccionador actual, ha hecho examen de conciencia para proponer una Croacia menos vistosa y más efectiva, que juega con el freno de mano puesto, mientras aprovecha a partes iguales el talento y la capacidad de sacrificio de centrocampistas como Rakitic y Modric, cuyo despliegue e indudable calidad les está haciendo merecedores de formar parte del once ideal de este Mundial.
La presión es una de las grandes armas de una selección, donde el trabajo y la pegada de Mandzukic, la profundidad de Vrsaljko y el desequilibrio de Rebic también marcan la diferencia. No por casualidad, han sido una de las tres selecciones, junto a Bélgica y Uruguay, que consiguieron el pleno de victorias en fase de grupos.
Nada de lo que pase en los próximos días podrá considerarse una absoluta sorpresa en unas semifinales, donde cuatro selecciones aspiran a hacer historia y olvidar definitivamente los sínsabores que tanto han lastrado sus dinámicas durante los últimos años. Francia, Bélgica, Inglaterra y Croacia ya han cumplido con las expectativas a las que no habían respondido en anteriores Mundiales. Ahora, solo les queda la gloria.