El Betis se mira en el espejo de San Siro
- El conjunto verdiblanco vuelve al estadio milanista, 41 años después de su gesta histórica en este escenario, mientras trabaja para que su presencia en estos templos se haga habitual.
Esnaola, Bizcocho, Biosca, Sabaté, Benítez, Gordillo, Cardeñosa, Alabanda, López, Eulate, García Soriano, Mühren y Hugo Cabezas. Estos fueron los últimos trece hombres que pisaron el césped de San Siro vestidos con la camiseta del Betis. Han tenido que pasar 41 años para que los verdiblancos vuelvan a pisar el coliseo ‘rossonero’, un estadio que es sinónimo de élite futbolística.
Aquel equipo llegaba a la cita tras levantar la primera Copa del Rey de la democracia, y de su historia, allá por 1977. El gol de López en el minuto 63, de trallazo potente desde fuera del área, bastó para que los tantos de Capello y Tosetto no significaran la remontada milanista tras el 2-0 de la ida, un resultado que fue materializado por las dianas de García Soriano y Eulate.
Tras eliminar al Milán en dieciseisavos de final de la Recopa, el Betis superó al Leipzig en octavos, antes de caer eliminado ante el Dinamo de Moscú en cuartos. Aquella era una temporada ilusionante para el conjunto verdiblanco, pues tras conseguir su primer título en 42 años, aspiraban a estabilizarse en la élite española. Sin embargo, el resultado fue muy diferente. Como tantas otras veces en su historia, la gloria dio paso al infierno, y el equipo dirigido por Rafael Iriondo acabó descendiendo a Segunda División, como consecuencia, entre otros males, de la escasa profundidad de una plantilla cuyo talento no fue suficiente.
En busca de la consolidación
Hoy en día, los cimientos parecen más sólidos que los construídos en ese momento. De la mano de Ángel Haro y José Miguel López Catalán, en la directiva; el sempiterno Lorenzo Serra Ferrer, desde la dirección deportiva y Quique Setién, en el banquillo, el Betis atraviesa un periodo de crecimiento en el que la consolidación entre la élite española es el objetivo primordial.
De una vez por todas, la entidad verdiblanca tratará de librar a su afición de la inestabilidad que le ha acompañado durante toda su historia. Para ello, la actual presidencia dejó el proyecto en manos de Serra Ferrer, el responsable del último periplo exitoso del equipo, consumado en 2005 con la clasificación para la Champions League y una Copa Del Rey, otra campaña repleta de alegrías que nuevamenete dio paso al desierto.
Un año después, el Betis estuvo muy cerca de descender a Segunda División y, aunque acabó salvándose en la penúltima jornada, aquella temporada fue el inicio del ocaso de Manuel Ruiz de Lopera, quien ante la oportunidad de estabilizar el equipo entre los grandes españoles, acabó devaluando la plantilla, lo que derivó en un nuevo descenso en la 2008-2009 y el proceso judicial al controvertido mandatario bético.
Bajo la dirección técnica del mismo Serra Ferrer que ha conseguido ilusionar a la afición verdiblanca en menos de dos años, el Betis visitó estadios históricos como Stamford Bridge o Anfield Road, e incluso logró vencer al Chelsea en el Benito Villamarín. Hoy, el partido en San Siro es el refuerzo perfecto para una entidad que no solo desea olvidar la Segunda, sino que busca convertirse en un fijo de las competiciones europeas.
Un proyecto estable
De momento, el Betis parece marchar por el buen camino. Prevé aprobar un presupuesto en la próxima Junta General de accionistas de 126,22 millones de euros, gracias a la mejora de ingresos en todas las áreas. Resultan especialmente destacables los 55 millones procedentes de los derechos de televisión, así como los 12,5 relativos a los abonos, algo incentivado por la renovación del campo culminada al inicio de la 2017-2018, una remodelación que permite sostener la cifra de 50.373 abonados, la cuarta más alta de La Liga.
Todo ello, materializado en una idea de juego asociativa e innegociable para Quique Setién, un entrenador, capaz de dar protagonismo a la cantera y que, apoyado por los dirigentes, planea asentar un paradigma estable en el club, lo que por el momento ha atraído a jugadores de mucha calidad, tales como Marc Bartra, William Carvalho o Lo Celso y que futbolistas libres cotizados como Inui, Pau López o Canales acaben decantándose por el Betis.
Sin embargo, debido a los últimos resultados negativos, la visita a Milán llega en un momento complicado de este proceso, conla afición discutiendo el modelo de juego ante la alarmante falta de soluciones y gol que el equipo ha evidenciado durante los últimos duelos. Será por lo tanto un partido que mida la madurez del proyecto, así como la oportunidad de dejar otro recuerdo para la historia ante una marea verdiblanca de 7.000 aficionados.
El regreso a San Siro, 41 años después, ante un Milán cuyo proceso de reestructuración post Berlusconi se alarga más de lo deseado, ofrecerá al Betis el espejo perfecto para observar su pasado, aprender de los errores y esculpir un futuro donde acontecimientos como este no sean tan señalados, sino sustituidos por la rutina.